Todos aplaudieron, el hecho lo ameritaba, después de días de intensos jaloneos de la cobija, los diputados del PRI, PAN y PRD habían logrado ponerse de acuerdo en la repartición de los recursos del Presupuesto 2008.
Para llegar a este bonito acuerdo el proceso no fue nada fácil. Desde la reforma fiscal hasta el Paquete Económico, nuestros políticos dejaron varias imágenes para el recuerdo.
Los perredistas, encabezados por Javier González Garza, amenazaron con tomar la tribuna por el gasolinazo; mientras que los priísta comandados por Emilio Gamboa Patrón, se vendieron como los "héroes" de la reforma fiscal al respaldar el proyecto hacendario del gobierno.
En el recuento de los daños quedó la anécdota de la priísta Sara Latife Ruiz, oriunda de Quintana Roo, quien fue una de las que más defendió en comisiones el impuesto a los cruceristas y en el pleno voto en contra. Claro, cuentan que fue por orden de su gobernador, Félix González Canto.
O la situación del perredista Juan Guerra, que quedó al margen de la negociación presupuestal por hablador, ya que rompió el acuerdo de los coordinadores de no divulgar el avance de las conversaciones para repartir la bolsa de recursos del 2008.
También el caso del priísta Javier Guerrero, uno de los principales negociadores tricolores del Presupuesto, quien fue a dar al hospital el fin de semana pasado por problemas con su presión arterial, dicen que porque el jaloneo estuvo acalorado, aunque también cuentan que fue porque tuvo una fuerte discusión con su correligionario Jorge Estefan por eso de la repartición de recursos.
Y que decir de Raúl Padilla, el empresario y panista que preside la Comisión de Presupuesto, pero que según se rumora en los pasillos de San Lázaro no tuvo nada que ver en la negociación, porque el cargo que ocupa es más por una cuota de poder que por otra cosa y quien estaba más preocupado por el desempeño del Atlas, equipo del cual es uno de los dueños, que del ejercicio legislativo.
En fin, 21 semanas de discusión, intercambios, construcción de mayorías, desencuentros y protagonismos que permitieron que en lo oscurito nuestros legisladores y funcionarios dieran mucho material para este espacio.
Cuando comience un nuevo jaloneo económico entre políticos ahí estaremos.
jueves, 15 de noviembre de 2007
viernes, 9 de noviembre de 2007
UNOS PARA TODOS
Son 500, pero las decisiones importantes están en manos de apenas un puñado de ellos.
Y es que resulta que en cuestión de días al interior de la Cámara de Diputados se aceleraron las negociaciones para sacar lo antes posible el Presupuesto de Egresos del 2008.
Todo estuvo en aparente calma en San Lázaro al inicio de la semana y aquellas memorables encerronas en el recinto legislativo por el estira y afloje de los recursos aparentemente quedaron en el olvido, porque ahora simplemente los líderes de las principales bancadas en la Cámara Baja decidieron llevar a cabo la negociación para después informarle a sus correligionarios los resultados.
Desde el lunes se comenzó a dar el movimiento y el PRI insistía en que el 8 de noviembre sería la fecha crucial para la discusión presupuestal.
Están locos, dijeron varios legisladores perredistas; “no tenemos materia y no hay prisa”, reviraron, porque el plazo constitucional para la aprobación del Presupuesto vence el 15 de noviembre.
Los hechos hablan más que las palabras porque resulta que el martes comenzó el acercamiento de los coordinadores parlamentarios del PRI, Emilio Gamboa; del PAN, Héctor Larios; y del PRD, Javier González Garza, con el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, para construir los acuerdos y acordar la distribución de la bolsa de recursos adicionales que obtuvieron con la Ley de Ingresos.
El miércoles se volvieron a reunir, pero ahora al selecto grupo se les sumaron los panistas Manuel Minjares y Édgar Ramírez Pech, los priístas Jorge Estefan, Javier Guerrero y César Duarte, y los perredistas Susana Monreal y Pablo Trejo.
Bien dicen por ahí que mientras menos cabezas discutan los acuerdos éstos salen más rápido y cuando de los diputados se trata, esto es más que seguro, así que al resto de legisladores no les quedará de otra que esperar y levantar la mano conforme les indiquen, finalmente unos deciden por todos.
Los más contentos con todo este proceso son los panistas, en primer lugar porque el Paquete Económico quedará finalmente aprobado prácticamente una semana antes de la fecha final y, en segundo, porque en las reuniones del petit comité participó el PRD, lo que impide que el PRI le venda muy caro su amor al gobierno.
Y es que resulta que en cuestión de días al interior de la Cámara de Diputados se aceleraron las negociaciones para sacar lo antes posible el Presupuesto de Egresos del 2008.
Todo estuvo en aparente calma en San Lázaro al inicio de la semana y aquellas memorables encerronas en el recinto legislativo por el estira y afloje de los recursos aparentemente quedaron en el olvido, porque ahora simplemente los líderes de las principales bancadas en la Cámara Baja decidieron llevar a cabo la negociación para después informarle a sus correligionarios los resultados.
Desde el lunes se comenzó a dar el movimiento y el PRI insistía en que el 8 de noviembre sería la fecha crucial para la discusión presupuestal.
Están locos, dijeron varios legisladores perredistas; “no tenemos materia y no hay prisa”, reviraron, porque el plazo constitucional para la aprobación del Presupuesto vence el 15 de noviembre.
Los hechos hablan más que las palabras porque resulta que el martes comenzó el acercamiento de los coordinadores parlamentarios del PRI, Emilio Gamboa; del PAN, Héctor Larios; y del PRD, Javier González Garza, con el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, para construir los acuerdos y acordar la distribución de la bolsa de recursos adicionales que obtuvieron con la Ley de Ingresos.
El miércoles se volvieron a reunir, pero ahora al selecto grupo se les sumaron los panistas Manuel Minjares y Édgar Ramírez Pech, los priístas Jorge Estefan, Javier Guerrero y César Duarte, y los perredistas Susana Monreal y Pablo Trejo.
Bien dicen por ahí que mientras menos cabezas discutan los acuerdos éstos salen más rápido y cuando de los diputados se trata, esto es más que seguro, así que al resto de legisladores no les quedará de otra que esperar y levantar la mano conforme les indiquen, finalmente unos deciden por todos.
Los más contentos con todo este proceso son los panistas, en primer lugar porque el Paquete Económico quedará finalmente aprobado prácticamente una semana antes de la fecha final y, en segundo, porque en las reuniones del petit comité participó el PRD, lo que impide que el PRI le venda muy caro su amor al gobierno.
lunes, 5 de noviembre de 2007
HASTA EN LAS MEJORES FAMILIAS
No sólo las grandes compañías se dedican a cabildear en torno a las reformas que aprueba el Congreso de la Unión, también lo hacen algunas familias.
Y es que resulta que la creación de un derecho para que los cruceristas paguen 56 pesos por entrar a territorio nacional, tal como lo hacen actualmente los extranjeros que ingresan al país por los aeropuertos, puso en evidencia los intereses económicos de algunas familias representadas en el Congreso.
Se trata de los Joaquín Coldwell, oriundos de Quintana Roo. Pedro, senador de la República por el PRI, y Addy, diputada federal de la bancada del PAN. Ambos invirtieron gran tiempo estas últimas semanas para tratar de que no avanzara la reforma.
Según cuentan en los pasillos de San Lázaro y de la vieja Casona de Xicoténcatl, los hermanos quintanarroenses echaron mano de todos los argumentos posibles desde sus trincheras para ganar votos en contra de este cambio. Sus esfuerzos resultaron finalmente infructuosos.
Los legisladores son hijos de Nassim Joaquín Ibarra, un empresario de origen libanés que ha hecho sus negocios en torno a la industria turística en Cozumel, proveedor incluso de algunas navieras que envían sus cruceros a dicha isla.
Pedro Joaquín Coldwell fue gobernador de Quintana Roo; el esposo de Addy Joaquín Coldwell, Edmundo Fernández Meza fue alcalde interino de Benito Juárez (Cancún); y uno de sus primos, Gustavo Ortega Joaquín, es hoy presidente municipal de Cozumel.
Por eso, narran las voces de los corrillos legislativos, desde la política la familia ha tenido bastante oportunidad de estrechar lazos con la empresa turística, de ahí que las navieras intentaran a través de ambos legisladores presionar para echar abajo el nuevo cobro, y hasta las tribunas camerales llegaron sus argumentos.
“No venía yo a defender sólo a las navieras, sino el empleo de mexicanos y mexicanas que trabajan en los puertos y reciben a esta clase de turistas que generan derrama económica”, reviró Addy en San Lázaro.
Las expresiones de asombro de sus colegas diputados no se dejaron esperar aquel día, el problema no fue la defensa de los compatriotas, sino el reconocimiento expreso de que también defiende a las empresas dueñas de los cruceros, todas ellas extranjeras.
¿Conflicto de intereses o descaro?
Y es que resulta que la creación de un derecho para que los cruceristas paguen 56 pesos por entrar a territorio nacional, tal como lo hacen actualmente los extranjeros que ingresan al país por los aeropuertos, puso en evidencia los intereses económicos de algunas familias representadas en el Congreso.
Se trata de los Joaquín Coldwell, oriundos de Quintana Roo. Pedro, senador de la República por el PRI, y Addy, diputada federal de la bancada del PAN. Ambos invirtieron gran tiempo estas últimas semanas para tratar de que no avanzara la reforma.
Según cuentan en los pasillos de San Lázaro y de la vieja Casona de Xicoténcatl, los hermanos quintanarroenses echaron mano de todos los argumentos posibles desde sus trincheras para ganar votos en contra de este cambio. Sus esfuerzos resultaron finalmente infructuosos.
Los legisladores son hijos de Nassim Joaquín Ibarra, un empresario de origen libanés que ha hecho sus negocios en torno a la industria turística en Cozumel, proveedor incluso de algunas navieras que envían sus cruceros a dicha isla.
Pedro Joaquín Coldwell fue gobernador de Quintana Roo; el esposo de Addy Joaquín Coldwell, Edmundo Fernández Meza fue alcalde interino de Benito Juárez (Cancún); y uno de sus primos, Gustavo Ortega Joaquín, es hoy presidente municipal de Cozumel.
Por eso, narran las voces de los corrillos legislativos, desde la política la familia ha tenido bastante oportunidad de estrechar lazos con la empresa turística, de ahí que las navieras intentaran a través de ambos legisladores presionar para echar abajo el nuevo cobro, y hasta las tribunas camerales llegaron sus argumentos.
“No venía yo a defender sólo a las navieras, sino el empleo de mexicanos y mexicanas que trabajan en los puertos y reciben a esta clase de turistas que generan derrama económica”, reviró Addy en San Lázaro.
Las expresiones de asombro de sus colegas diputados no se dejaron esperar aquel día, el problema no fue la defensa de los compatriotas, sino el reconocimiento expreso de que también defiende a las empresas dueñas de los cruceros, todas ellas extranjeras.
¿Conflicto de intereses o descaro?
lunes, 29 de octubre de 2007
VIRREYES INSACIABLES
Todavía no concluye el proceso para la aprobación de la bolsa de ingresos para el próximo año, pero eso no importa, todo mundo ya hace planes sobre lo que se puede hacer con los millonarios recursos adicionales que tendrá el erario público en el 2008.
Y es que resulta que no sólo los diputados estaban ansiosos por saber el monto final de recursos extras que lograrían obtener con todos los ajustes que hicieron a la Ley de Ingresos, por eso de los impactos de la reforma fiscal y el jaloneo que hubo por los precios del petróleo, sino que también los gobernadores estuvieron muy pendientes de todo el proceso para comenzar a hacer las cuentas de la tajada que les corresponderá.
Con todos los cambios que ya hicieron los diputados y que están ahora en proceso de revisión por los senadores, las entidades federativas se llevarán una partida de al menos 50,000 millones de pesos adicionales el próximo año.
No conformes con esto, los gobernadores, bautizados como los virreyes por varios diputados de la Comisión de Hacienda en la Cámara Baja, comenzaron ya el desfile en San Lázaro para pedir más recursos con la excusa de tener varios proyectos interesantes para los que necesitan más presupuesto.
La pasarela inició hace unos días ante la Comisión de Presupuesto que encabeza el panista Raúl Padilla con el gobernador de Guerrero, Zeferino Torreblanca, quien ya pidió cerca de 8,000 millones de pesos adicionales para seguridad e infraestructura.
A la lista se han sumado los mandatarios de Zacatecas, la perredista Amalia García; de Aguascalientes y Guanajuato, los panistas Luis Armando Reynoso y Juan Manuel Oliva; y del estado de México, Nuevo León y Quintana Roo, los priístas Enrique Peña Nieto, Natividad González Parás y Félix González Canto.
“Estos no tienen llenadera, son insaciables, no están conformes con la lana extra que les dará la reforma fiscal y ahora vienen a pedir más recursos”, reviró un diputado panista, claro, pidió que no se citara su nombre por eso de las posibles represalias de su gobernador.
Pero así serán los días hasta el 15 de noviembre, fecha en la que debe quedar aprobado el Presupuesto de Egresos, porque cuando se trata de ingresos adicionales, y más si no hay que esforzarse para obtenerlos, todos quieren apuntarse.
Y es que resulta que no sólo los diputados estaban ansiosos por saber el monto final de recursos extras que lograrían obtener con todos los ajustes que hicieron a la Ley de Ingresos, por eso de los impactos de la reforma fiscal y el jaloneo que hubo por los precios del petróleo, sino que también los gobernadores estuvieron muy pendientes de todo el proceso para comenzar a hacer las cuentas de la tajada que les corresponderá.
Con todos los cambios que ya hicieron los diputados y que están ahora en proceso de revisión por los senadores, las entidades federativas se llevarán una partida de al menos 50,000 millones de pesos adicionales el próximo año.
No conformes con esto, los gobernadores, bautizados como los virreyes por varios diputados de la Comisión de Hacienda en la Cámara Baja, comenzaron ya el desfile en San Lázaro para pedir más recursos con la excusa de tener varios proyectos interesantes para los que necesitan más presupuesto.
La pasarela inició hace unos días ante la Comisión de Presupuesto que encabeza el panista Raúl Padilla con el gobernador de Guerrero, Zeferino Torreblanca, quien ya pidió cerca de 8,000 millones de pesos adicionales para seguridad e infraestructura.
A la lista se han sumado los mandatarios de Zacatecas, la perredista Amalia García; de Aguascalientes y Guanajuato, los panistas Luis Armando Reynoso y Juan Manuel Oliva; y del estado de México, Nuevo León y Quintana Roo, los priístas Enrique Peña Nieto, Natividad González Parás y Félix González Canto.
“Estos no tienen llenadera, son insaciables, no están conformes con la lana extra que les dará la reforma fiscal y ahora vienen a pedir más recursos”, reviró un diputado panista, claro, pidió que no se citara su nombre por eso de las posibles represalias de su gobernador.
Pero así serán los días hasta el 15 de noviembre, fecha en la que debe quedar aprobado el Presupuesto de Egresos, porque cuando se trata de ingresos adicionales, y más si no hay que esforzarse para obtenerlos, todos quieren apuntarse.
lunes, 22 de octubre de 2007
EL COJO, EL HABLADOR Y EL PRD
Dicen por ahí que más rápido cae un hablador que un cojo y eso ha quedado más que demostrado al interior del Congreso de la Unión.
Y es que resulta que los diputados del PRD encabezados por Javier González Garza montaron todo un espectáculo por su rechazo a los nuevos impuestos propuestos por el presidente Felipe Calderón en la reforma fiscal.
Los argumentos en contra de los impuestos Empresarial a Tasa Única (IETU) y a los Depósitos en Efectivo (IDE) tuvieron que ser escuchados durante varias semanas al interior de San Lázaro y los legisladores del sol azteca hicieron todo lo posible por impedir que éstos fueran aprobados.
Pero al parecer todo eso quedó en el olvido, porque los mismos que se opusieron a los nuevos gravámenes hace unas semanas no pudieron endurecer su corazón frente a la millonaria bolsa de recursos que dará la reforma fiscal.
No cabe duda que del dicho al hecho hay mucho trecho, porque los perredistas, al menos los de la Comisión de Hacienda de la Cámara Baja, entre ellos el michoacano Antonio Soto y los capitalinos Pablo Trejo y Juan Guerra, quienes hace unos días encabezaron los discursos en contra de la reforma fiscal, levantaron ya la mano en favor de los ingresos adicionales para el 2008.
Claro, en los pasillos de San Lázaro cuentan que como algunos representantes del PRD ya se dieron cuenta de esta incongruencia no les quedó de otra que comenzar a salir a manifestar el rechazo a la Ley de Ingresos, pero los valientes realmente han sido pocos, entre ellos los diputados Alejandro Sánchez Camacho y Faustino Soto.
Así, todo parece indicar que los perredistas tendrán que inventar una nueva excusa para justificar su desliz legislativo, y eso que ahora Andrés Manuel López Obrador no les dio ninguna instrucción al respecto.
Y para que esto pasara un poco desapercibido en la sesión del jueves montaron un nuevo show por la inclusión de los recursos del gasolinazo en la Ley de Ingresos, pero no porque ahora estén en contra, sino porque la reforma no se ha publicado en el Diario Oficial de la Federación.
Y para rematar, rompieron el quórum por la negativa del PRI y del PRD para avalar un programa de protección para los productores agropecuarios, con eso de la apertura del capítulo del agro del TLC el 1 de enero próximo, con lo que lograron reventar la sesión.
Pero con todo y eso, finalmente cae más rápido un perredista que un cojo.
Y es que resulta que los diputados del PRD encabezados por Javier González Garza montaron todo un espectáculo por su rechazo a los nuevos impuestos propuestos por el presidente Felipe Calderón en la reforma fiscal.
Los argumentos en contra de los impuestos Empresarial a Tasa Única (IETU) y a los Depósitos en Efectivo (IDE) tuvieron que ser escuchados durante varias semanas al interior de San Lázaro y los legisladores del sol azteca hicieron todo lo posible por impedir que éstos fueran aprobados.
Pero al parecer todo eso quedó en el olvido, porque los mismos que se opusieron a los nuevos gravámenes hace unas semanas no pudieron endurecer su corazón frente a la millonaria bolsa de recursos que dará la reforma fiscal.
No cabe duda que del dicho al hecho hay mucho trecho, porque los perredistas, al menos los de la Comisión de Hacienda de la Cámara Baja, entre ellos el michoacano Antonio Soto y los capitalinos Pablo Trejo y Juan Guerra, quienes hace unos días encabezaron los discursos en contra de la reforma fiscal, levantaron ya la mano en favor de los ingresos adicionales para el 2008.
Claro, en los pasillos de San Lázaro cuentan que como algunos representantes del PRD ya se dieron cuenta de esta incongruencia no les quedó de otra que comenzar a salir a manifestar el rechazo a la Ley de Ingresos, pero los valientes realmente han sido pocos, entre ellos los diputados Alejandro Sánchez Camacho y Faustino Soto.
Así, todo parece indicar que los perredistas tendrán que inventar una nueva excusa para justificar su desliz legislativo, y eso que ahora Andrés Manuel López Obrador no les dio ninguna instrucción al respecto.
Y para que esto pasara un poco desapercibido en la sesión del jueves montaron un nuevo show por la inclusión de los recursos del gasolinazo en la Ley de Ingresos, pero no porque ahora estén en contra, sino porque la reforma no se ha publicado en el Diario Oficial de la Federación.
Y para rematar, rompieron el quórum por la negativa del PRI y del PRD para avalar un programa de protección para los productores agropecuarios, con eso de la apertura del capítulo del agro del TLC el 1 de enero próximo, con lo que lograron reventar la sesión.
Pero con todo y eso, finalmente cae más rápido un perredista que un cojo.
lunes, 15 de octubre de 2007
MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES
Bien dicen por ahí que del dicho al hecho hay mucho trecho y al parecer esta premisa no podrá ser evadida por los inquilinos del PRD en la Cámara de Diputados.
Y es que resulta que los legisladores del sol azteca pretenden presentar una acción de inconstitucionalidad en contra de la reforma para aumentar en 5.5% los precios de la gasolina y el diesel, y así lo anunció el diputado Juan Guerra, quien encabeza el equipo económico de la bancada.
Pero según cuentan en los pasillos de San Lázaro todo parece indicar que a los perredistas se les aguará la fiesta porque por más ruido que hagan no lograrán juntar las firmas que requieren para presentar este recurso en contra del gasolinazo.
De acuerdo con el marco normativo del Poder Legislativo, para que los diputados puedan presentar una acción de inconstitucionalidad necesitan el respaldo de una tercera parte de los integrantes de la Cámara, es decir, se requieren al menos 167 firmas para que los quejosos puedan llevar el documento ante los ministros.
Este mecanismo fue incluido en el marco jurídico para que las minorías legislativas tuvieran una opción para inconformarse por decisiones del pleno cameral en las que ellos no estuvieran de acuerdo y bajo este esquema los perredistas encabezados por Javier González Garza pretenden manifestarse legalmente en contra del tema de la gasolina.
Sin embargo, los números no más no le cuadrarán al sol azteca, porque ni los otros legisladores del Frente Amplio Progresista (FAP), los del PT y Convergencia con los que sumarían 155, les han asegurado que les darán su firma, y aún con ellos todavía necesitarían a los cinco diputados de Alternativa, que liderea Marina Arvizu, y a los nueve de Nueva Alianza, encabezados por Miguel Ángel Jiménez, que ya dijeron que difícilmente le entrarán al tema.
Así, todo parece indicar que los perredistas hacen más ruido que otra cosa, porque al menos los números no estarán de su lado para montar otro show por el gasolinazo.
Lo más curioso de todo, confiesa el priísta Jorge Estefan, presidente de la Comisión de Hacienda, es que los gobernadores del PRD fueron de los que más presionaron para que se aprobara la reforma, porque unos cuantos millones de pesos adicionales, y sin esfuerzo de por medio, nadie los desprecia.
Y es que resulta que los legisladores del sol azteca pretenden presentar una acción de inconstitucionalidad en contra de la reforma para aumentar en 5.5% los precios de la gasolina y el diesel, y así lo anunció el diputado Juan Guerra, quien encabeza el equipo económico de la bancada.
Pero según cuentan en los pasillos de San Lázaro todo parece indicar que a los perredistas se les aguará la fiesta porque por más ruido que hagan no lograrán juntar las firmas que requieren para presentar este recurso en contra del gasolinazo.
De acuerdo con el marco normativo del Poder Legislativo, para que los diputados puedan presentar una acción de inconstitucionalidad necesitan el respaldo de una tercera parte de los integrantes de la Cámara, es decir, se requieren al menos 167 firmas para que los quejosos puedan llevar el documento ante los ministros.
Este mecanismo fue incluido en el marco jurídico para que las minorías legislativas tuvieran una opción para inconformarse por decisiones del pleno cameral en las que ellos no estuvieran de acuerdo y bajo este esquema los perredistas encabezados por Javier González Garza pretenden manifestarse legalmente en contra del tema de la gasolina.
Sin embargo, los números no más no le cuadrarán al sol azteca, porque ni los otros legisladores del Frente Amplio Progresista (FAP), los del PT y Convergencia con los que sumarían 155, les han asegurado que les darán su firma, y aún con ellos todavía necesitarían a los cinco diputados de Alternativa, que liderea Marina Arvizu, y a los nueve de Nueva Alianza, encabezados por Miguel Ángel Jiménez, que ya dijeron que difícilmente le entrarán al tema.
Así, todo parece indicar que los perredistas hacen más ruido que otra cosa, porque al menos los números no estarán de su lado para montar otro show por el gasolinazo.
Lo más curioso de todo, confiesa el priísta Jorge Estefan, presidente de la Comisión de Hacienda, es que los gobernadores del PRD fueron de los que más presionaron para que se aprobara la reforma, porque unos cuantos millones de pesos adicionales, y sin esfuerzo de por medio, nadie los desprecia.
jueves, 4 de octubre de 2007
EL "DÍA D”
No fue una sino dos las ocasiones en las que esta semana el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, tuvo que visitar San Lázaro para charlar largamente con los diputados sobre temas económicos.
¡Que aguante!, comentó ayer uno de nuestros legisladores al salir del salón verde donde tuvo lugar la última participación el otrora Subdirector Gerente del FMI.
En total, Carstens se tuvo que chutar siete horas entre ambas comparecencias y una lista de 38 oradores de todos los partidos, con todo y el show de los perredistas por el alza de los precios, y los carteles y globos con su caricatura.
Sin embargo, bien dice el perredista Juan Guerra, Carstens no se enoja, y según cuentan en los pasillos de San Lázaro, hasta lo toma con humor. Bien dicen por ahí que al mal tiempo hay que darle buena cara.
Pero nada realmente lo tomó por sorpresa, confiesan las voces de los corrillos legislativos, porque por casi una semana el encargado de las finanzas públicas del país tuvo varias encerronas con sus subsecretarios y asesores para prepararse para el “Día D”.
La habilidad política, es su sello, por eso cuentan que no fue casualidad que en su discurso hiciera énfasis en los recursos para medio ambiente y educación, así como en la equidad de género en los programas gubernamentales, porque así logró ganarse la simpatía de varios de los diputados de la oposición y mitigar los reclamos.
Su jefe de asesores, José Antonio Meade, fue el encargado de estar al pendiente tras bambalinas y coordinar la entrega de tarjetas con la información para las respuestas a los cuestionamientos legislativos.
Finalmente, confesó el priísta Javier Guerrero, el mismo que se encarga de revisar todos los temas de gasto público en su bancada, Carstens salió bien librado porque dio respuesta a las principales inquietudes y puso sobre la mesa los temas controversiales en el presupuesto del 2007 antes de que se lo preguntaran, como el de los recursos para las universidades públicas, algo así como que se puso el parche antes de la herida.
Al parecer la estrategia le ha funcionado al Secretario, porque ahora hasta el priísta César Duarte lo bautizó como el “vehículo para lograr los acuerdos que el país requiere”.
¡Que aguante!, comentó ayer uno de nuestros legisladores al salir del salón verde donde tuvo lugar la última participación el otrora Subdirector Gerente del FMI.
En total, Carstens se tuvo que chutar siete horas entre ambas comparecencias y una lista de 38 oradores de todos los partidos, con todo y el show de los perredistas por el alza de los precios, y los carteles y globos con su caricatura.
Sin embargo, bien dice el perredista Juan Guerra, Carstens no se enoja, y según cuentan en los pasillos de San Lázaro, hasta lo toma con humor. Bien dicen por ahí que al mal tiempo hay que darle buena cara.
Pero nada realmente lo tomó por sorpresa, confiesan las voces de los corrillos legislativos, porque por casi una semana el encargado de las finanzas públicas del país tuvo varias encerronas con sus subsecretarios y asesores para prepararse para el “Día D”.
La habilidad política, es su sello, por eso cuentan que no fue casualidad que en su discurso hiciera énfasis en los recursos para medio ambiente y educación, así como en la equidad de género en los programas gubernamentales, porque así logró ganarse la simpatía de varios de los diputados de la oposición y mitigar los reclamos.
Su jefe de asesores, José Antonio Meade, fue el encargado de estar al pendiente tras bambalinas y coordinar la entrega de tarjetas con la información para las respuestas a los cuestionamientos legislativos.
Finalmente, confesó el priísta Javier Guerrero, el mismo que se encarga de revisar todos los temas de gasto público en su bancada, Carstens salió bien librado porque dio respuesta a las principales inquietudes y puso sobre la mesa los temas controversiales en el presupuesto del 2007 antes de que se lo preguntaran, como el de los recursos para las universidades públicas, algo así como que se puso el parche antes de la herida.
Al parecer la estrategia le ha funcionado al Secretario, porque ahora hasta el priísta César Duarte lo bautizó como el “vehículo para lograr los acuerdos que el país requiere”.
jueves, 27 de septiembre de 2007
¿DESCUIDO O INEPTITUD?
Ahora resulta que nuestros legisladores no se dieron cuenta que dentro de la reforma fiscal que aprobaron, y que muchos aplaudieron, venía un transitorio para que el alza en la gasolina se diera a partir de este año.
El tema de la combustibles no quedó en las listas del recuerdo de San Lázaro como muchos pensaban, y en estos días el gusto por la gasolina se extendió a otros territorios, como el de los comerciantes y el incremento en los precios de diferentes productos por eso de las especulaciones.
El punto es que las letras chiquitas de la reforma fiscal dicen que el aumento en el precio de la gasolina se daría a los 15 días después de publicado el decreto en el Diario Oficial de la Federación, lo que se estimaba que se haría antes de finalizar septiembre para que el ajuste se diera a partir de octubre.
Y no faltó el diputado que confesó que no se dieron cuenta que venía dicha disposición en el dictamen que votaron, y hasta algunos acusaron a la Comisión de Hacienda en San Lázaro, que encabeza el priísta Jorge Estefan, de haberlos chamaqueado.
Lo más curioso de todo es que en el documento de la reforma de federalismo que aprobaron los diputados el 13 de septiembre y los senadores un día después, se menciona al menos nueve veces que la fecha para el aumento de la gasolina sería 15 días después de su publicación oficial.
Ante esta situación salta la duda si nuestros legisladores tuvieron un descuido en el palomeo del proyecto o más bien es ineptitud, porque finalmente a ellos se les paga por eso y se sobreentiende que al menos deberían leer lo que discuten en el pleno cameral.
Pero la verdad es que según cuentan en los pasillos de San Lázaro, este tema era más que sabido y hasta se trató en una reunión entre los funcionarios de la Secretaría de Hacienda y los diputados, así que ninguno hoy puede decirse sorprendido.
Más bien, relatan las mismas voces, todo parece indicar que los efectos del “gasolinazo” se les salieron de las manos a las autoridades por eso, tanto el líder de los diputados del PRI, Emilio Gamboa, como el de los del PAN, Héctor Larios, le pidieron a Felipe Calderón que parara la masacre.
El tema de la combustibles no quedó en las listas del recuerdo de San Lázaro como muchos pensaban, y en estos días el gusto por la gasolina se extendió a otros territorios, como el de los comerciantes y el incremento en los precios de diferentes productos por eso de las especulaciones.
El punto es que las letras chiquitas de la reforma fiscal dicen que el aumento en el precio de la gasolina se daría a los 15 días después de publicado el decreto en el Diario Oficial de la Federación, lo que se estimaba que se haría antes de finalizar septiembre para que el ajuste se diera a partir de octubre.
Y no faltó el diputado que confesó que no se dieron cuenta que venía dicha disposición en el dictamen que votaron, y hasta algunos acusaron a la Comisión de Hacienda en San Lázaro, que encabeza el priísta Jorge Estefan, de haberlos chamaqueado.
Lo más curioso de todo es que en el documento de la reforma de federalismo que aprobaron los diputados el 13 de septiembre y los senadores un día después, se menciona al menos nueve veces que la fecha para el aumento de la gasolina sería 15 días después de su publicación oficial.
Ante esta situación salta la duda si nuestros legisladores tuvieron un descuido en el palomeo del proyecto o más bien es ineptitud, porque finalmente a ellos se les paga por eso y se sobreentiende que al menos deberían leer lo que discuten en el pleno cameral.
Pero la verdad es que según cuentan en los pasillos de San Lázaro, este tema era más que sabido y hasta se trató en una reunión entre los funcionarios de la Secretaría de Hacienda y los diputados, así que ninguno hoy puede decirse sorprendido.
Más bien, relatan las mismas voces, todo parece indicar que los efectos del “gasolinazo” se les salieron de las manos a las autoridades por eso, tanto el líder de los diputados del PRI, Emilio Gamboa, como el de los del PAN, Héctor Larios, le pidieron a Felipe Calderón que parara la masacre.
jueves, 20 de septiembre de 2007
¿DÓNDE QUEDÓ LA BOLITA?
No se trató de un juego de habilidad mental pero algo de destreza hubo en los diputados del PRI y del PAN para acomodar las piezas de la reforma fiscal y darle de paso un susto pequeño a los legisladores del PRD.
Y es que resulta que el tema de la gasolina no solamente ocupó el primer lugar en las preferencias de nuestros legisladores las últimas semanas sino que también despertó una serie de sentimientos revanchistas en varios de ellos, aunque nadie supo donde quedó finalmente la bolita de los cambios que le negarían a la capital del país las regalías por el aumento de los combustibles.
Lo que pasó es que dentro de la reformas de federalismo que aprobó la Comisión de Hacienda de la Cámara Baja, encabezada por el priísta Jorge Estefan, se incluyó un candado para que ninguno de los recursos del aumento en los precios de la gasolina y el diesel le llegara al Distrito Federal.
Según cuentan en los pasillos de San Lázaro esta jugada de los tricolores y los albiazules era una contraofensiva para los perredistas por su oposición al “gasolinazo”, para orillarlos a tener que decir públicamente si querían o no la bolsa de 1,500 millones de pesos que le daría al DF este ajuste y ponerlos así en evidencia.
Pero misteriosamente el documento final que votaron los diputados el jueves pasado en el pleno no incluía ninguna disposición contra la capital, así que el berrinche que hizo Marcelo Ebrard, acusando a los diputados prácticamente de un complot en su contra, salió sobrando.
Al parecer los duendes que modifican de última hora las reformas y que eran muy famosos hasta hace algunos años reaparecieron en San Lázaro, porque en lo oscurito le quitaron al dictamen el párrafo contra los perredistas.
Obviamente los panistas y los priístas negaron cualquier estrategia para perjudicar al gobierno capitalino y dijeron que el documento final era el efectivo y todo lo demás eran rumores injustificados.
Claro, en el transcurso de la noche ya habían logrado inquietar a los perredistas, incluido Ebrard, quienes por un lado decían no al “gasolinazo” pero por el otro ya estaban sobándose las manos por el dinero extra.
Bien dicen que en la guerra y en el amor, y también en las reformas, todo se vale.
Y es que resulta que el tema de la gasolina no solamente ocupó el primer lugar en las preferencias de nuestros legisladores las últimas semanas sino que también despertó una serie de sentimientos revanchistas en varios de ellos, aunque nadie supo donde quedó finalmente la bolita de los cambios que le negarían a la capital del país las regalías por el aumento de los combustibles.
Lo que pasó es que dentro de la reformas de federalismo que aprobó la Comisión de Hacienda de la Cámara Baja, encabezada por el priísta Jorge Estefan, se incluyó un candado para que ninguno de los recursos del aumento en los precios de la gasolina y el diesel le llegara al Distrito Federal.
Según cuentan en los pasillos de San Lázaro esta jugada de los tricolores y los albiazules era una contraofensiva para los perredistas por su oposición al “gasolinazo”, para orillarlos a tener que decir públicamente si querían o no la bolsa de 1,500 millones de pesos que le daría al DF este ajuste y ponerlos así en evidencia.
Pero misteriosamente el documento final que votaron los diputados el jueves pasado en el pleno no incluía ninguna disposición contra la capital, así que el berrinche que hizo Marcelo Ebrard, acusando a los diputados prácticamente de un complot en su contra, salió sobrando.
Al parecer los duendes que modifican de última hora las reformas y que eran muy famosos hasta hace algunos años reaparecieron en San Lázaro, porque en lo oscurito le quitaron al dictamen el párrafo contra los perredistas.
Obviamente los panistas y los priístas negaron cualquier estrategia para perjudicar al gobierno capitalino y dijeron que el documento final era el efectivo y todo lo demás eran rumores injustificados.
Claro, en el transcurso de la noche ya habían logrado inquietar a los perredistas, incluido Ebrard, quienes por un lado decían no al “gasolinazo” pero por el otro ya estaban sobándose las manos por el dinero extra.
Bien dicen que en la guerra y en el amor, y también en las reformas, todo se vale.
jueves, 13 de septiembre de 2007
EL QUE RÍE AL ÚLTIMO…
Muy enojado se salió ayer el perredista Juan Guerra de la Comisión de Hacienda con el argumento de que no era necesaria su presencia para la votación de las reformas de federalismo cuando todo se había negociado en lo oscurito entre el PRI y el PAN y estaba súper amarrado.
Y es que resulta que si bien en el tema de la semana, aquel que ocupa ya el primer lugar en el ranking de las preferencias de los legisladores, el de la gasolina, los perredistas salieron heroicamente a decir que ellos rechazaron la medida porque con ella se afecta el bolsillo de los mexicanos.
El michoacano Antonio Soto, incluso, ante cualquier micrófono que se le cruzó en los últimos días aprovechó de reiterar que votarían en contra del “gasolinazo" por el efecto inflacionario, aunque nunca pudo manifestar su desacuerdo ante la realidad de que los estados gobernados por el PRD se verían muy beneficiados con la medida.
Pero bien dicen que el que ríe al último, ríe mejor, porque en el documento final que votaron los diputados de la Comisión de Hacienda ayer se incluyó un candado para que ninguna de las regalías por el tema de la gasolina se destine al DF, el principal bastión del sol azteca.
Lo peor de todo es que algunos perredistas confesaron que no se enteraron del contenido del dictamen y la noticia les cayó por sorpresa cuando se les cuestionó sobre esta jugada de última hora de los diputados priístas y panistas.
Y si bien el fallido candidato presidencial del PRD, Andrés Manuel López Obrador, les pidió a sus correligionarios que votaran en contra del aumento en la gasolina, lo que nunca hablaron era de rechazar que estos recursos fueran a manos del gobierno de Marcelo Ebrard.
Ahora sí que a todo parece indicar que a los perredistas les salió más caro el caldo que las albóndigas, porque si quieren que los ingresos adicionales por el aumento de la gasolina lleguen a las arcas capitalinas tendrán que reservarse dicho artículo en la discusión del pleno y pedir en la tribuna el cambio.
Así, todo parece indicar que el tema de la gasolina seguirá sonando en los pasillos de San Lázaro y, según cuentan, hasta podría volverse un clásico del repertorio legislativo.
Y es que resulta que si bien en el tema de la semana, aquel que ocupa ya el primer lugar en el ranking de las preferencias de los legisladores, el de la gasolina, los perredistas salieron heroicamente a decir que ellos rechazaron la medida porque con ella se afecta el bolsillo de los mexicanos.
El michoacano Antonio Soto, incluso, ante cualquier micrófono que se le cruzó en los últimos días aprovechó de reiterar que votarían en contra del “gasolinazo" por el efecto inflacionario, aunque nunca pudo manifestar su desacuerdo ante la realidad de que los estados gobernados por el PRD se verían muy beneficiados con la medida.
Pero bien dicen que el que ríe al último, ríe mejor, porque en el documento final que votaron los diputados de la Comisión de Hacienda ayer se incluyó un candado para que ninguna de las regalías por el tema de la gasolina se destine al DF, el principal bastión del sol azteca.
Lo peor de todo es que algunos perredistas confesaron que no se enteraron del contenido del dictamen y la noticia les cayó por sorpresa cuando se les cuestionó sobre esta jugada de última hora de los diputados priístas y panistas.
Y si bien el fallido candidato presidencial del PRD, Andrés Manuel López Obrador, les pidió a sus correligionarios que votaran en contra del aumento en la gasolina, lo que nunca hablaron era de rechazar que estos recursos fueran a manos del gobierno de Marcelo Ebrard.
Ahora sí que a todo parece indicar que a los perredistas les salió más caro el caldo que las albóndigas, porque si quieren que los ingresos adicionales por el aumento de la gasolina lleguen a las arcas capitalinas tendrán que reservarse dicho artículo en la discusión del pleno y pedir en la tribuna el cambio.
Así, todo parece indicar que el tema de la gasolina seguirá sonando en los pasillos de San Lázaro y, según cuentan, hasta podría volverse un clásico del repertorio legislativo.
jueves, 6 de septiembre de 2007
LA REBELIÓN AZUL
En tremendo conflicto se metió esta semana el líder de los diputados del PAN, Héctor Larios, y todo por la misma canción de las últimas semanas, aquélla de la gasolina.
Y es que el tema de los costos políticos y la paternidad de las reformas ha tomado mucha más importancia en estos días al interior de la bancada de Acción Nacional de lo que se pensaba.
Según cuentan en los pasillos de San Lázaro, la decisión de los líderes panistas de que se presentara en la Cámara de Diputados la propuesta de aumentar en 32 centavos el precio del litro de la gasolina para que el PRI no asumiera el costo mediático, causó mucha molestia entre los legisladores albiazules.
Primero, los panistas se le lanzaron al cuello a su coordinador el lunes en la reunión previa a la sesión de la Cámara Baja, porque en dicho encuentro les anunciaron lo que venía, algo así como para que estuvieran preparados, pero tales fueron los reclamos que se tuvieron que encerrar nuevamente por la tarde para dirimir sus diferencias.
El segundo round vino este martes, donde la molestia fue creciendo y ya se hablaba de que al menos 30 panistas se estarían rebelando. El tercero se dio ayer y, según relatan las voces del Legislativo, la disidencia albiazul aumentó a 80 legisladores, principalmente de Veracruz, Sonora, Chihuahua, Puebla y Morelos.
Los más molestos son los diputados uninominales, aquellos que tuvieron que hacer campaña en sus estados para ganar la elección y ocupar una curul, porque finalmente son ellos los que tienen que regresar a su ciudad y dar la cara por las decisiones grupales.
El otro argumento para alimentar el enojo panista es que se está imponiendo un costo político por dinero que será para los gobernadores, quienes no tuvieron los pantalones para cargar con la responsabilidad de cobrar este impuesto.
Así, todo parece indicar que la idea de que los panistas se cuadrarían a ojos cerrados con las decisiones de Felipe Calderón para sacar a toda costa la reforma no es tan certera. Claro, dicen por ahí que todos estos reclamos son más bien una especie de catarsis, porque al final del día no les quedará de otra que levantar la mano.
Y es que el tema de los costos políticos y la paternidad de las reformas ha tomado mucha más importancia en estos días al interior de la bancada de Acción Nacional de lo que se pensaba.
Según cuentan en los pasillos de San Lázaro, la decisión de los líderes panistas de que se presentara en la Cámara de Diputados la propuesta de aumentar en 32 centavos el precio del litro de la gasolina para que el PRI no asumiera el costo mediático, causó mucha molestia entre los legisladores albiazules.
Primero, los panistas se le lanzaron al cuello a su coordinador el lunes en la reunión previa a la sesión de la Cámara Baja, porque en dicho encuentro les anunciaron lo que venía, algo así como para que estuvieran preparados, pero tales fueron los reclamos que se tuvieron que encerrar nuevamente por la tarde para dirimir sus diferencias.
El segundo round vino este martes, donde la molestia fue creciendo y ya se hablaba de que al menos 30 panistas se estarían rebelando. El tercero se dio ayer y, según relatan las voces del Legislativo, la disidencia albiazul aumentó a 80 legisladores, principalmente de Veracruz, Sonora, Chihuahua, Puebla y Morelos.
Los más molestos son los diputados uninominales, aquellos que tuvieron que hacer campaña en sus estados para ganar la elección y ocupar una curul, porque finalmente son ellos los que tienen que regresar a su ciudad y dar la cara por las decisiones grupales.
El otro argumento para alimentar el enojo panista es que se está imponiendo un costo político por dinero que será para los gobernadores, quienes no tuvieron los pantalones para cargar con la responsabilidad de cobrar este impuesto.
Así, todo parece indicar que la idea de que los panistas se cuadrarían a ojos cerrados con las decisiones de Felipe Calderón para sacar a toda costa la reforma no es tan certera. Claro, dicen por ahí que todos estos reclamos son más bien una especie de catarsis, porque al final del día no les quedará de otra que levantar la mano.
jueves, 30 de agosto de 2007
LES GUSTA LA GASOLINA
No se trata ni de una canción cantada por el boricua Daddy Yankee ni de una adicción extraña, pero al parecer a los gobernadores el tema de la gasolina sí que les gusta.
Y es que resulta que tras la polémica desatada por la intención de algunos actores políticos de aumentar el precio de los combustibles como una vía para darles más recursos a los gobiernos estatales, la propuesta ha generado más controversia de la que se esperaba.
Lo anterior, cuentan en los pasillos de San Lázaro, se debe a que al parecer todo iba encaminado a que el aumento de 30 centavos en el precio del litro de la gasolina fueran las letras chiquitas de la reforma, esas que nadie lee pero que al final del día son las que más pesan.
El asunto es que las declaraciones del priísta Jorge Estefan, presidente de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, en el sentido de que su partido avalaría un incremento de hasta 4.5% en la gasolina resultaron ser un arma de doble en filo, en primer lugar porque sus compañeros legisladores dijeron desconocer la propuesta y, en segundo, porque los gobernadores tricolores se molestaron porque se puso en peligro el dinero extra que recibirían con esto.
Es más, hasta el tamaulipeco Horacio Garza, encargado de los temas económicos de los diputados priístas, salió esta semana a aclarar que el punto de la gasolina ni había sido aprobado por su bancada y que los dichos del poblano Estefan fueron simplemente un “desliz”.
Pero al parecer los gobernadores de todos los colores y corrientes ya comenzaron a hacer su trabajo de presión, porque ya hasta algunos diputados perredistas, como el michoacano Antonio Soto, salieron a decir que existía la posibilidad de aprobar este cambio y que la salida para ello es un aumento gradual de tres años.
Eso sí, todos admiten que no es seguro el rumbo final que tome este asunto, pero sin duda el desenlace lo sabremos pronto, ya que el reloj legislativo comienza a avanzar más rápido y en San Lázaro narran que nada más se espera que pase el primer informe del presidente Felipe Calderón para entrarle de lleno a la dictaminación de la reforma fiscal.
Y es que resulta que tras la polémica desatada por la intención de algunos actores políticos de aumentar el precio de los combustibles como una vía para darles más recursos a los gobiernos estatales, la propuesta ha generado más controversia de la que se esperaba.
Lo anterior, cuentan en los pasillos de San Lázaro, se debe a que al parecer todo iba encaminado a que el aumento de 30 centavos en el precio del litro de la gasolina fueran las letras chiquitas de la reforma, esas que nadie lee pero que al final del día son las que más pesan.
El asunto es que las declaraciones del priísta Jorge Estefan, presidente de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, en el sentido de que su partido avalaría un incremento de hasta 4.5% en la gasolina resultaron ser un arma de doble en filo, en primer lugar porque sus compañeros legisladores dijeron desconocer la propuesta y, en segundo, porque los gobernadores tricolores se molestaron porque se puso en peligro el dinero extra que recibirían con esto.
Es más, hasta el tamaulipeco Horacio Garza, encargado de los temas económicos de los diputados priístas, salió esta semana a aclarar que el punto de la gasolina ni había sido aprobado por su bancada y que los dichos del poblano Estefan fueron simplemente un “desliz”.
Pero al parecer los gobernadores de todos los colores y corrientes ya comenzaron a hacer su trabajo de presión, porque ya hasta algunos diputados perredistas, como el michoacano Antonio Soto, salieron a decir que existía la posibilidad de aprobar este cambio y que la salida para ello es un aumento gradual de tres años.
Eso sí, todos admiten que no es seguro el rumbo final que tome este asunto, pero sin duda el desenlace lo sabremos pronto, ya que el reloj legislativo comienza a avanzar más rápido y en San Lázaro narran que nada más se espera que pase el primer informe del presidente Felipe Calderón para entrarle de lleno a la dictaminación de la reforma fiscal.
jueves, 16 de agosto de 2007
LUCHA DE TITANES
No se trata de un cuadrilátero pero en la tribuna tricolor del Congreso de la Unión los jaloneos internos están a la orden del día entre sus líderes y la reforma fiscal es la que se ha encargado de evidenciarlos.
Y es que resulta que aunque son de las mismas filas, las diferencias entre las bancadas del PRI en el Senado y en la Cámara de Diputados comandadas por Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa, respectivamente, han salido a flote.
En los pasillos de la vieja Casona de Xicoténcatl y en los de San Lázaro cuentan que aunque ambos líderes hasta se dan tiempo para sonreír juntos para la foto, la realidad es que entre ellos hay una carrera seria por el protagonismo en el tema fiscal.
Para muestra basta un botón, dicen por ahí.
Esta semana el líder de los diputados del PRI acudió a la inauguración de la plenaria que realizaron sus correligionarios en el Senado y declaró que condicionaban la aprobación del paquete fiscal del gobierno de Felipe Calderón a la inclusión de la reforma electoral en la agenda.
Pero tal como ocurría en el sexenio pasado con el portavoz de Los Pinos, Rubén Aguilar, el vocero de los senadores priístas y el secretario general del partido, Carlos Jiménez y Jesús Murillo, salieron minutos después a explicar que lo que quiso decir Gamboa era que estaban interesados en revisar el tema electoral, pero que no se trataba de un condicionamiento.
A pesar de esto, los reflectores del tema fiscal los logró acaparar astutamente Beltrones, porque abrió las puertas de la reunión que tuvieron con el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, a los medios de comunicación para mostrar la construcción de los acuerdos entre ambas partes.
Sin embargo, del otro lado de la cancha saltó inmediatamente el priísta Jorge Estefan Chidiac, presidente de la Comisión de Hacienda para aclarar que no están de acuerdo con todas las demandas y ajustes que sus correligionarios en el Senado pretenden hacerle a la reforma, por lo que ellos fijarán su postura la próxima semana.
Ahora los priístas no sólo tienen el sartén por el mango, sino que también se pelean por mostrar de quien es la mano que lo agarra.
Y es que resulta que aunque son de las mismas filas, las diferencias entre las bancadas del PRI en el Senado y en la Cámara de Diputados comandadas por Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa, respectivamente, han salido a flote.
En los pasillos de la vieja Casona de Xicoténcatl y en los de San Lázaro cuentan que aunque ambos líderes hasta se dan tiempo para sonreír juntos para la foto, la realidad es que entre ellos hay una carrera seria por el protagonismo en el tema fiscal.
Para muestra basta un botón, dicen por ahí.
Esta semana el líder de los diputados del PRI acudió a la inauguración de la plenaria que realizaron sus correligionarios en el Senado y declaró que condicionaban la aprobación del paquete fiscal del gobierno de Felipe Calderón a la inclusión de la reforma electoral en la agenda.
Pero tal como ocurría en el sexenio pasado con el portavoz de Los Pinos, Rubén Aguilar, el vocero de los senadores priístas y el secretario general del partido, Carlos Jiménez y Jesús Murillo, salieron minutos después a explicar que lo que quiso decir Gamboa era que estaban interesados en revisar el tema electoral, pero que no se trataba de un condicionamiento.
A pesar de esto, los reflectores del tema fiscal los logró acaparar astutamente Beltrones, porque abrió las puertas de la reunión que tuvieron con el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, a los medios de comunicación para mostrar la construcción de los acuerdos entre ambas partes.
Sin embargo, del otro lado de la cancha saltó inmediatamente el priísta Jorge Estefan Chidiac, presidente de la Comisión de Hacienda para aclarar que no están de acuerdo con todas las demandas y ajustes que sus correligionarios en el Senado pretenden hacerle a la reforma, por lo que ellos fijarán su postura la próxima semana.
Ahora los priístas no sólo tienen el sartén por el mango, sino que también se pelean por mostrar de quien es la mano que lo agarra.
jueves, 9 de agosto de 2007
ENTRE PROTAGONISMOS Y JALONES DE OREJA
Bien dice un proverbio salomónico que es mejor la reprensión manifiesta que el amor oculto, y el mejor testigo de ello resultó ser esta semana el diputado panista Manuel Minjares.
Y es que hace unos días el legislador capitalino, quien también es el subcoordinador económico de la fracción panista en San Lázaro, circuló un documento con supuestas propuestas de su partido para modificar la reforma fiscal enviada por Felipe Calderón al Congreso de la Unión.
La lista de 14 puntos no fue muy bien recibida y hasta algunos de sus correligionarios dijeron desconocer dichas conclusiones. Es más, según cuentan en los pasillos de la Cámara Baja dicha acción le ameritó un jalón de orejas de su coordinador parlamentario, Héctor Larios, y otro desde Los Pinos.
El problema, relatan, es que protagonismos de este tipo podrían empantanar la negociación de la reforma con los partidos de oposición, principalmente con el PRI, por eso la orden fue que los legisladores panistas en público sólo escucharían las quejas por la reforma y las posiciones particulares las reservarían para los encuentros en privado.
Pero resulta que las cosas no andan muy bien al interior de la fracción del PAN en San Lázaro.
La primera fricción se evidenció hace unas semanas cuando los diputados Daniel Ludlow y Emilio Flores públicamente criticaron aspectos de la reforma de Calderón y dijeron que no votarían la propuesta con los ojos cerrados, lo que les hizo acreedores de una amonestación del mismo Minjares.
La segunda vino con la divulgación del documento de ajustes a la reforma, porque se violó la regla pactada del silencio panista.
Y es que el coordinador Héctor Larios y el subcoordinador Manuel Minjares no son precisamente amigos.
El primero es muy cercano al líder de Acción Nacional, Manuel Espino, con quien su relación se extiende desde la militancia de ambos en Sonora. El segundo, es muy afín con el presidente Felipe Calderón, de quien fue compañero en la Cámara de Diputados en el sexenio pasado, además de ser su jefe de asesores en Banobras y su oficial Mayor en la Secretaría de Energía.
Las diferencias entre ambos bandos panistas son muy conocidas, el problema es que al parecer ya comenzaron a permear en la negociación.
Y es que hace unos días el legislador capitalino, quien también es el subcoordinador económico de la fracción panista en San Lázaro, circuló un documento con supuestas propuestas de su partido para modificar la reforma fiscal enviada por Felipe Calderón al Congreso de la Unión.
La lista de 14 puntos no fue muy bien recibida y hasta algunos de sus correligionarios dijeron desconocer dichas conclusiones. Es más, según cuentan en los pasillos de la Cámara Baja dicha acción le ameritó un jalón de orejas de su coordinador parlamentario, Héctor Larios, y otro desde Los Pinos.
El problema, relatan, es que protagonismos de este tipo podrían empantanar la negociación de la reforma con los partidos de oposición, principalmente con el PRI, por eso la orden fue que los legisladores panistas en público sólo escucharían las quejas por la reforma y las posiciones particulares las reservarían para los encuentros en privado.
Pero resulta que las cosas no andan muy bien al interior de la fracción del PAN en San Lázaro.
La primera fricción se evidenció hace unas semanas cuando los diputados Daniel Ludlow y Emilio Flores públicamente criticaron aspectos de la reforma de Calderón y dijeron que no votarían la propuesta con los ojos cerrados, lo que les hizo acreedores de una amonestación del mismo Minjares.
La segunda vino con la divulgación del documento de ajustes a la reforma, porque se violó la regla pactada del silencio panista.
Y es que el coordinador Héctor Larios y el subcoordinador Manuel Minjares no son precisamente amigos.
El primero es muy cercano al líder de Acción Nacional, Manuel Espino, con quien su relación se extiende desde la militancia de ambos en Sonora. El segundo, es muy afín con el presidente Felipe Calderón, de quien fue compañero en la Cámara de Diputados en el sexenio pasado, además de ser su jefe de asesores en Banobras y su oficial Mayor en la Secretaría de Energía.
Las diferencias entre ambos bandos panistas son muy conocidas, el problema es que al parecer ya comenzaron a permear en la negociación.
jueves, 2 de agosto de 2007
LOS DUEÑOS DEL SARTÉN… Y DEL MANGO
Un buen susto. Eso fue lo que le dieron esta semana los diputados y senadores del PRI a los panistas, principalmente al chihuahuense Gustavo Madero, presidente de la Comisión de Hacienda del Senado.
Y es que cuando los senadores se alistaban para recibir a los diputados para tener la primera reunión en conferencia para revisar la reforma fiscal y definir el proceso a seguir en las próximas semanas, los priístas les cancelaron la cita y eso dejó a los panistas un poquito temblorosos, porque se interpretó como que los tricolores estaban dilatando el asunto, condicionándolo, incluso, al proceso electoral que se vivirá este fin de semana en Baja California.
Pero fue risa lo que le provocó esta reacción al priísta Jorge Estefan, presidente de la Comisión de Hacienda de la Cámara Baja, porque dijo que esto muestra el miedo que tienen los legisladores del partido del presidente Felipe Calderón a que el PRI les diga que no a su reforma.
Así, el poblano Estefan se pudo jactar de que ellos tienen el sartén por el mango, por lo que mientras el dueño de la reforma o del sartén pida que se apresuren los pasos para su aprobación, son los priístas los que harán los movimientos para que esto termine por cocinarse.
Por eso, el legislador del tricolor hasta tuvo tiempo de pavonearse y afirmó que sí tienen bien agarrado el mango del sartén, pero que prometen que “serán buenos cocineros” y que “no le darán sartenazos al país”.
Y es que cuentan en los pasillos de San Lázaro que como muchos senadores y diputados del PRI volaron ayer a Mérida, Yucatán, para la toma de posesión de su correligionaria, la ahora gobernadora Ivonne Ortega, no tuvieron tiempo para reunirse y ponerse de acuerdo sobre la reforma de Calderón.
Fue por eso que tuvieron que cancelar la reunión en conferencia programada para hoy para dar espacio para que hoy mismo tengan una encerrona y definan la postura unificada de senadores y diputados del tricolor y los cambios que buscarán hacerle a la reforma.
Así, al PAN no le quedará de otra que sentarse y esperar, claro, no estaría demás cruzar los dedos por eso de la suerte y las noticias inesperadas.
Y es que cuando los senadores se alistaban para recibir a los diputados para tener la primera reunión en conferencia para revisar la reforma fiscal y definir el proceso a seguir en las próximas semanas, los priístas les cancelaron la cita y eso dejó a los panistas un poquito temblorosos, porque se interpretó como que los tricolores estaban dilatando el asunto, condicionándolo, incluso, al proceso electoral que se vivirá este fin de semana en Baja California.
Pero fue risa lo que le provocó esta reacción al priísta Jorge Estefan, presidente de la Comisión de Hacienda de la Cámara Baja, porque dijo que esto muestra el miedo que tienen los legisladores del partido del presidente Felipe Calderón a que el PRI les diga que no a su reforma.
Así, el poblano Estefan se pudo jactar de que ellos tienen el sartén por el mango, por lo que mientras el dueño de la reforma o del sartén pida que se apresuren los pasos para su aprobación, son los priístas los que harán los movimientos para que esto termine por cocinarse.
Por eso, el legislador del tricolor hasta tuvo tiempo de pavonearse y afirmó que sí tienen bien agarrado el mango del sartén, pero que prometen que “serán buenos cocineros” y que “no le darán sartenazos al país”.
Y es que cuentan en los pasillos de San Lázaro que como muchos senadores y diputados del PRI volaron ayer a Mérida, Yucatán, para la toma de posesión de su correligionaria, la ahora gobernadora Ivonne Ortega, no tuvieron tiempo para reunirse y ponerse de acuerdo sobre la reforma de Calderón.
Fue por eso que tuvieron que cancelar la reunión en conferencia programada para hoy para dar espacio para que hoy mismo tengan una encerrona y definan la postura unificada de senadores y diputados del tricolor y los cambios que buscarán hacerle a la reforma.
Así, al PAN no le quedará de otra que sentarse y esperar, claro, no estaría demás cruzar los dedos por eso de la suerte y las noticias inesperadas.
jueves, 26 de julio de 2007
NADIE SABE PARA QUIEN TRABAJA
El federalismo se ha convertido en uno de los ejes más atractivos de la reforma fiscal que encabeza el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa y no es tanto por el contenido de la propuesta sino por los recursos adicionales que ésta le dará a los gobiernos estatales.
Y según cuentan en los pasillos de San Lázaro, la estrategia le ha funcionado bien al equipo hacendario comandado por Agustín Carstens porque por donde se ha logrado agarrar a los diputados, independientemente de sus colores de origen y de la corriente que profesen, es con la presión de sus gobernadores.
Así, la cadena tiene un efecto importante, porque los mandatarios estatales saben que tendrán una bolsa nada despreciable de unos cuantos miles de millones si se aprueba el proyecto calderonista, por lo que al mirar todo el proceso con signos de peso en los ojos no les quedará de otra que convencer de este beneficio a sus diputados federales.
Pero el que ha logrado hacer del federalismo su insignia es nada más ni nada menos que el oaxaqueño David Colmenares Páramo, quien hasta diciembre pasado se desempeñó como coordinador con Entidades Federativas de Hacienda bajo el mando de Francisco Gil Díaz.
Y no se trata precisamente de una bandera ideológica con la que el otrora funcionario ha decidido navegar, se trata más bien del negocio que ahora decidió seguir.
De esta manera, y con el conocimiento de los estados de la República que logró adquirir en los últimos años estando en la cancha de la administración pública, ahora se cambió de lado y se dedica a asesorar a algunos gobiernos estatales de manera independiente para que logren sacar la tajada más grande posible con la reforma.
Es más, ahora se dedica a criticar en público las carencias de la propuesta federalista del gobierno y de la falta de negociación de Hacienda con los gobernadores antes de enviar el paquete de iniciativas a la Cámara de Diputados.
Incluso, cuentan, Colmenares está detrás de los funcionarios fiscales de estados priístas como Tabasco, Oaxaca y Veracruz, que son los que más se han quejado por las nuevas fórmulas para la repartición de los recursos, ya que no ganarían tanto con ellas.
Y según cuentan en los pasillos de San Lázaro, la estrategia le ha funcionado bien al equipo hacendario comandado por Agustín Carstens porque por donde se ha logrado agarrar a los diputados, independientemente de sus colores de origen y de la corriente que profesen, es con la presión de sus gobernadores.
Así, la cadena tiene un efecto importante, porque los mandatarios estatales saben que tendrán una bolsa nada despreciable de unos cuantos miles de millones si se aprueba el proyecto calderonista, por lo que al mirar todo el proceso con signos de peso en los ojos no les quedará de otra que convencer de este beneficio a sus diputados federales.
Pero el que ha logrado hacer del federalismo su insignia es nada más ni nada menos que el oaxaqueño David Colmenares Páramo, quien hasta diciembre pasado se desempeñó como coordinador con Entidades Federativas de Hacienda bajo el mando de Francisco Gil Díaz.
Y no se trata precisamente de una bandera ideológica con la que el otrora funcionario ha decidido navegar, se trata más bien del negocio que ahora decidió seguir.
De esta manera, y con el conocimiento de los estados de la República que logró adquirir en los últimos años estando en la cancha de la administración pública, ahora se cambió de lado y se dedica a asesorar a algunos gobiernos estatales de manera independiente para que logren sacar la tajada más grande posible con la reforma.
Es más, ahora se dedica a criticar en público las carencias de la propuesta federalista del gobierno y de la falta de negociación de Hacienda con los gobernadores antes de enviar el paquete de iniciativas a la Cámara de Diputados.
Incluso, cuentan, Colmenares está detrás de los funcionarios fiscales de estados priístas como Tabasco, Oaxaca y Veracruz, que son los que más se han quejado por las nuevas fórmulas para la repartición de los recursos, ya que no ganarían tanto con ellas.
jueves, 12 de julio de 2007
EL DESFILE DE LOS QUEJOSOS
Todas las fuerzas políticas, sectores productivos y asociaciones civiles coinciden en la necesidad que tiene México de una reforma fiscal, eso sí, nadie quiere verse afectado con ella y, si esto es inminente, al menos piden que el costo sea parejo para todos.
Las voces en pro y en contra de la propuesta del gobierno de Felipe Calderón se han escuchado constantemente desde el miércoles 20 de junio, fecha cuando se presentó el paquete de iniciativas, pero será hasta la próxima semana cuando finalmente se les permitirá entrar oficialmente a la discusión.
Lo anterior porque la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados que preside el priísta Jorge Estefan decidió pasarle el micrófono a diferentes organizaciones empresariales, sociales y de especialistas para que puedan manifestar sus quejas por el impacto de la reforma.
El desfile comenzará el próximo martes y según cuentan en los pasillos de San Lázaro las jornadas serán arduas porque las listas de invitados son largas.
El primer día será el turno de las organizaciones de industriales y para ello se invitó al Consejo Coordinador Empresarial (CCE) que encabeza Armando Paredes; la Coparmex, que preside Ricardo González Sada; la Concanaco, con Luis Antonio Mahbub al mando; la Canacintra, que liderea Miguel Marón, y representantes de la industria tabacalera.
En la segunda jornada programada para el miércoles se daría espacio al Consejo Nacional Agropecuario (CNA) presidido por Jaime Yesaki Cavazos; la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) dirigida por Netzahualcóyotl Salvatierra; y las asociaciones de distribuidores de automotores, de tiendas de autoservicio y de productores de cerveza.
Para el jueves está programada la participación de la Concamin, que preside Ismael Plascencia; de la Asociación de Bancos de México (ABM), que liderea Enrique Castillo y de organizaciones como la Confederación de Trabajadores de México (CTM), que encabeza Joaquín Gamboa Pascoe; y el Congreso del Trabajo y la Unión Nacional de Trabajadores (UNT).
El desfile será largo y por el perfil y trasfondo de cada invitado se puede augurar que no será fácil encontrar el hilo del consenso en los discursos. Finalmente, afirman, de lo que se trata es de un ejercicio de pluralidad, no de construcción de mayorías.
Las voces en pro y en contra de la propuesta del gobierno de Felipe Calderón se han escuchado constantemente desde el miércoles 20 de junio, fecha cuando se presentó el paquete de iniciativas, pero será hasta la próxima semana cuando finalmente se les permitirá entrar oficialmente a la discusión.
Lo anterior porque la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados que preside el priísta Jorge Estefan decidió pasarle el micrófono a diferentes organizaciones empresariales, sociales y de especialistas para que puedan manifestar sus quejas por el impacto de la reforma.
El desfile comenzará el próximo martes y según cuentan en los pasillos de San Lázaro las jornadas serán arduas porque las listas de invitados son largas.
El primer día será el turno de las organizaciones de industriales y para ello se invitó al Consejo Coordinador Empresarial (CCE) que encabeza Armando Paredes; la Coparmex, que preside Ricardo González Sada; la Concanaco, con Luis Antonio Mahbub al mando; la Canacintra, que liderea Miguel Marón, y representantes de la industria tabacalera.
En la segunda jornada programada para el miércoles se daría espacio al Consejo Nacional Agropecuario (CNA) presidido por Jaime Yesaki Cavazos; la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) dirigida por Netzahualcóyotl Salvatierra; y las asociaciones de distribuidores de automotores, de tiendas de autoservicio y de productores de cerveza.
Para el jueves está programada la participación de la Concamin, que preside Ismael Plascencia; de la Asociación de Bancos de México (ABM), que liderea Enrique Castillo y de organizaciones como la Confederación de Trabajadores de México (CTM), que encabeza Joaquín Gamboa Pascoe; y el Congreso del Trabajo y la Unión Nacional de Trabajadores (UNT).
El desfile será largo y por el perfil y trasfondo de cada invitado se puede augurar que no será fácil encontrar el hilo del consenso en los discursos. Finalmente, afirman, de lo que se trata es de un ejercicio de pluralidad, no de construcción de mayorías.
jueves, 5 de julio de 2007
LA PIEDROTA EN EL ZAPATO
Las conversaciones para sacar adelante la reforma fiscal se han intensificado en los últimos días.
El equipo hacendario encabezado por Agustín Carstens ha tenido que invertir bastante tiempo estas semanas en sentarse con diferentes sectores y legisladores para convencerlos de que su propuesta es buena, claro con todo y los ajustes que han admitido que deben hacerse.
Los reflectores se han centrado en la Cámara de Diputados, principalmente en la Comisión de Hacienda que preside el priísta Jorge Estefan, y lo cierto es que en esa cancha jugarán intensamente los actores políticos en las próximas semanas.
Sin embargo, la cancha tiene una mitad que al parecer no ha sido muy tomada en cuenta y que al final del día se puede convertir en la piedra, más bien en la piedrota, en el zapato de Carstens, se trata del Senado de la República.
Y es que cuando finalmente haya humo blanco en San Lázaro, la reforma tendrá que ser enviada a la vieja Casona de Xicoténcatl, la cual preside el priísta Manlio Fabio Beltrones, el mismo al que ahora le apodan el papá de la Ley de la Reforma del Estado.
El asunto es que según cuentan en los pasillos de la Cámara Alta, el otrora líder del sector popular del tricolor ya amenazó con que el documento que le enviarán los diputados no será aprobado con los ojos cerrados, por lo que el proyecto será revisado minuciosamente una vez que la pelota esté de su lado.
Así, incluso, lo han manifestado algunos de los representantes del PRI en la Comisión de Hacienda del Senado que encabeza el panista Gustavo Madero, por lo que el panorama no es tan alentador para el proceso legislativo.
Esta situación no es nueva, solo basta recordar el destino que tuvo el mentado impuesto a los refrescos que propuso el gobierno de Felipe Calderón en diciembre pasado, el cual a pesar de la campaña mediática en su contra fue aprobado por los diputados y rechazado por los senadores.
Así, a Hacienda no le quedará de otra que intensificar su cabildeo en ambos lados de la cancha legislativa si es que quiere que ésta transite con los menos obstáculos posibles.
El equipo hacendario encabezado por Agustín Carstens ha tenido que invertir bastante tiempo estas semanas en sentarse con diferentes sectores y legisladores para convencerlos de que su propuesta es buena, claro con todo y los ajustes que han admitido que deben hacerse.
Los reflectores se han centrado en la Cámara de Diputados, principalmente en la Comisión de Hacienda que preside el priísta Jorge Estefan, y lo cierto es que en esa cancha jugarán intensamente los actores políticos en las próximas semanas.
Sin embargo, la cancha tiene una mitad que al parecer no ha sido muy tomada en cuenta y que al final del día se puede convertir en la piedra, más bien en la piedrota, en el zapato de Carstens, se trata del Senado de la República.
Y es que cuando finalmente haya humo blanco en San Lázaro, la reforma tendrá que ser enviada a la vieja Casona de Xicoténcatl, la cual preside el priísta Manlio Fabio Beltrones, el mismo al que ahora le apodan el papá de la Ley de la Reforma del Estado.
El asunto es que según cuentan en los pasillos de la Cámara Alta, el otrora líder del sector popular del tricolor ya amenazó con que el documento que le enviarán los diputados no será aprobado con los ojos cerrados, por lo que el proyecto será revisado minuciosamente una vez que la pelota esté de su lado.
Así, incluso, lo han manifestado algunos de los representantes del PRI en la Comisión de Hacienda del Senado que encabeza el panista Gustavo Madero, por lo que el panorama no es tan alentador para el proceso legislativo.
Esta situación no es nueva, solo basta recordar el destino que tuvo el mentado impuesto a los refrescos que propuso el gobierno de Felipe Calderón en diciembre pasado, el cual a pesar de la campaña mediática en su contra fue aprobado por los diputados y rechazado por los senadores.
Así, a Hacienda no le quedará de otra que intensificar su cabildeo en ambos lados de la cancha legislativa si es que quiere que ésta transite con los menos obstáculos posibles.
jueves, 28 de junio de 2007
CON ESOS AMIGOS…
La Contribución Empresarial a Tasa Única, el ya famoso CETU, propuesta por la Secretaría de Hacienda comandada por Agustín Carstens logró robarse toda la atención de la discusión de la reforma fiscal.
Y es que resulta que el nuevo impuesto no tiene contentos a muchos, principalmente a las empresas, que son las que más tendrían que pagarle al fisco por esta medida, pero en la lista se incluyen también a los legisladores, de todos los colores, y los fiscalistas de mayor renombre.
El problema es que había varias agrupaciones civiles que estaban funcionando como apoyo técnico al trabajo del subsecretario de Ingresos, Fernando Sánchez Ugarte, las cuales en alguna parte del proceso se perdieron porque no se enteraron de que venía el CETU y fueron las principales sorprendidas con la iniciativa.
El asunto es que ante la ola de críticas que despertó la propuesta, a Sánchez Ugarte no le quedó de otra que limar asperezas con los especialistas y esta semana tuvo una encerrona con la plana mayor de los fiscalistas para hacer las paces.
Al encuentro asistieron el líder de los contadores del país, Luis Moirón, y representantes del gremio como Francisco Macías Valadez y Patricia González, el encargado de los programas especiales de impuestos del ITAM, Herbert Bettinger, y el presidente de la Academia de Estudios Fiscales, Carlos Cárdenas, entre otros.
La reunión fue amena, cuentan, y en ella el Subsecretario reconoció nuevamente a los especialistas como el grupo técnico de apoyo para Hacienda, eso sí, les pidió no descalificar de antemano la propuesta y mejor construir para que salga algo bonito.
Hasta se dieron tiempo de bromear por el contenido de la iniciativa, algo así como para reprocharle a Sánchez Ugarte que con amigos así uno para que quiere enemigos.
En fin, todos salieron contentos y con ánimo de volver a trabajar juntos. A ver si con eso detiene tantito la lluvia de críticas.
Pero la chamba para Hacienda no se acabará ahí porque según narran en los pasillos de Palacio Nacional, empresarios de diversos sectores como los constructores y los gasolineros han intensificado su cabildeo en estos días en contra del CETU y del impuesto a los depósitos bancarios.
¿Logrará contentar a todos?
Y es que resulta que el nuevo impuesto no tiene contentos a muchos, principalmente a las empresas, que son las que más tendrían que pagarle al fisco por esta medida, pero en la lista se incluyen también a los legisladores, de todos los colores, y los fiscalistas de mayor renombre.
El problema es que había varias agrupaciones civiles que estaban funcionando como apoyo técnico al trabajo del subsecretario de Ingresos, Fernando Sánchez Ugarte, las cuales en alguna parte del proceso se perdieron porque no se enteraron de que venía el CETU y fueron las principales sorprendidas con la iniciativa.
El asunto es que ante la ola de críticas que despertó la propuesta, a Sánchez Ugarte no le quedó de otra que limar asperezas con los especialistas y esta semana tuvo una encerrona con la plana mayor de los fiscalistas para hacer las paces.
Al encuentro asistieron el líder de los contadores del país, Luis Moirón, y representantes del gremio como Francisco Macías Valadez y Patricia González, el encargado de los programas especiales de impuestos del ITAM, Herbert Bettinger, y el presidente de la Academia de Estudios Fiscales, Carlos Cárdenas, entre otros.
La reunión fue amena, cuentan, y en ella el Subsecretario reconoció nuevamente a los especialistas como el grupo técnico de apoyo para Hacienda, eso sí, les pidió no descalificar de antemano la propuesta y mejor construir para que salga algo bonito.
Hasta se dieron tiempo de bromear por el contenido de la iniciativa, algo así como para reprocharle a Sánchez Ugarte que con amigos así uno para que quiere enemigos.
En fin, todos salieron contentos y con ánimo de volver a trabajar juntos. A ver si con eso detiene tantito la lluvia de críticas.
Pero la chamba para Hacienda no se acabará ahí porque según narran en los pasillos de Palacio Nacional, empresarios de diversos sectores como los constructores y los gasolineros han intensificado su cabildeo en estos días en contra del CETU y del impuesto a los depósitos bancarios.
¿Logrará contentar a todos?
jueves, 21 de junio de 2007
Y TODOS FUERON CHAMAQUEADOS
Todo parecía indicar que el show por la presentación de la reforma fiscal del gobierno de Felipe Calderón se caería debido a la filtración de la parte tributaria del proyecto enviado ayer al Congreso de la Unión, pero nadie contaba con el as bajo la manga de Agustín Carstens.
Las especulaciones una vez que comenzaron a salir a la luz algunas de las propuestas de la Secretaría de Hacienda no se dejaron esperar, principalmente por los nuevos impuestos que se pretenden crear. El ruido político sirvió de antesala desde el fin de semana pasado para que hoy llegara finalmente el paquete de siete iniciativas oficiales.
Así, muy orgulloso salió ayer Agustín Carstens a decir ante medios nacionales y extranjeros que la "versión no oficial" de la reforma que había circulado en los medios distaba mucho de la propuesta entregada al Congreso, con lo que prácticamente la filtración se quedó corta respecto del proyecto bueno.
Varios personajes de Hacienda, incluso, se dijeron sorprendidos por la casualidad de que las supuestas iniciativas oficiales salieran a la luz masivamente un día antes de la entrega, ya que esos borradores tienen al menos tres semanas de antigüedad, por lo que era lógico que su contenido cambiara mucho en un proceso de intercambio de opiniones tan intenso como el que se vivió los últimos días.
Al parecer todos fueron chamaqueados, porque los borradores llegaron hasta los legisladores de las comisiones de Hacienda del Congreso, encabezados por el priísta Jorge Estefan y el panista Gustavo Madero, como si se tratara de los proyectos efectivos. Según cuentan en los pasillos del Congreso, al parecer todo se trató de una estrategia de filtración de Hacienda para que al final del día pudiera salir a presumir que la iniciativa era más grande y completa de lo que se pensaba.
Cierto o no, Carstens cumplió ayer al pie de la letra con las instrucciones de su jefe, porque acudió personalmente como el mensajero del gobierno a entregar la propuesta a la Comisión Permanente y habló de la reforma, tal como estaba pactado, hasta después de que Calderón lo hiciera en su visita a Tlaxcala, ayer por la mañana.Los hechos ahí están. Finalmente, en la arena política todo es posible.
Las especulaciones una vez que comenzaron a salir a la luz algunas de las propuestas de la Secretaría de Hacienda no se dejaron esperar, principalmente por los nuevos impuestos que se pretenden crear. El ruido político sirvió de antesala desde el fin de semana pasado para que hoy llegara finalmente el paquete de siete iniciativas oficiales.
Así, muy orgulloso salió ayer Agustín Carstens a decir ante medios nacionales y extranjeros que la "versión no oficial" de la reforma que había circulado en los medios distaba mucho de la propuesta entregada al Congreso, con lo que prácticamente la filtración se quedó corta respecto del proyecto bueno.
Varios personajes de Hacienda, incluso, se dijeron sorprendidos por la casualidad de que las supuestas iniciativas oficiales salieran a la luz masivamente un día antes de la entrega, ya que esos borradores tienen al menos tres semanas de antigüedad, por lo que era lógico que su contenido cambiara mucho en un proceso de intercambio de opiniones tan intenso como el que se vivió los últimos días.
Al parecer todos fueron chamaqueados, porque los borradores llegaron hasta los legisladores de las comisiones de Hacienda del Congreso, encabezados por el priísta Jorge Estefan y el panista Gustavo Madero, como si se tratara de los proyectos efectivos. Según cuentan en los pasillos del Congreso, al parecer todo se trató de una estrategia de filtración de Hacienda para que al final del día pudiera salir a presumir que la iniciativa era más grande y completa de lo que se pensaba.
Cierto o no, Carstens cumplió ayer al pie de la letra con las instrucciones de su jefe, porque acudió personalmente como el mensajero del gobierno a entregar la propuesta a la Comisión Permanente y habló de la reforma, tal como estaba pactado, hasta después de que Calderón lo hiciera en su visita a Tlaxcala, ayer por la mañana.Los hechos ahí están. Finalmente, en la arena política todo es posible.
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