jueves, 4 de octubre de 2007

EL "DÍA D”

No fue una sino dos las ocasiones en las que esta semana el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, tuvo que visitar San Lázaro para charlar largamente con los diputados sobre temas económicos.
¡Que aguante!, comentó ayer uno de nuestros legisladores al salir del salón verde donde tuvo lugar la última participación el otrora Subdirector Gerente del FMI.
En total, Carstens se tuvo que chutar siete horas entre ambas comparecencias y una lista de 38 oradores de todos los partidos, con todo y el show de los perredistas por el alza de los precios, y los carteles y globos con su caricatura.
Sin embargo, bien dice el perredista Juan Guerra, Carstens no se enoja, y según cuentan en los pasillos de San Lázaro, hasta lo toma con humor. Bien dicen por ahí que al mal tiempo hay que darle buena cara.
Pero nada realmente lo tomó por sorpresa, confiesan las voces de los corrillos legislativos, porque por casi una semana el encargado de las finanzas públicas del país tuvo varias encerronas con sus subsecretarios y asesores para prepararse para el “Día D”.
La habilidad política, es su sello, por eso cuentan que no fue casualidad que en su discurso hiciera énfasis en los recursos para medio ambiente y educación, así como en la equidad de género en los programas gubernamentales, porque así logró ganarse la simpatía de varios de los diputados de la oposición y mitigar los reclamos.
Su jefe de asesores, José Antonio Meade, fue el encargado de estar al pendiente tras bambalinas y coordinar la entrega de tarjetas con la información para las respuestas a los cuestionamientos legislativos.
Finalmente, confesó el priísta Javier Guerrero, el mismo que se encarga de revisar todos los temas de gasto público en su bancada, Carstens salió bien librado porque dio respuesta a las principales inquietudes y puso sobre la mesa los temas controversiales en el presupuesto del 2007 antes de que se lo preguntaran, como el de los recursos para las universidades públicas, algo así como que se puso el parche antes de la herida.
Al parecer la estrategia le ha funcionado al Secretario, porque ahora hasta el priísta César Duarte lo bautizó como el “vehículo para lograr los acuerdos que el país requiere”.

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