jueves, 26 de julio de 2007

NADIE SABE PARA QUIEN TRABAJA

El federalismo se ha convertido en uno de los ejes más atractivos de la reforma fiscal que encabeza el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa y no es tanto por el contenido de la propuesta sino por los recursos adicionales que ésta le dará a los gobiernos estatales.
Y según cuentan en los pasillos de San Lázaro, la estrategia le ha funcionado bien al equipo hacendario comandado por Agustín Carstens porque por donde se ha logrado agarrar a los diputados, independientemente de sus colores de origen y de la corriente que profesen, es con la presión de sus gobernadores.
Así, la cadena tiene un efecto importante, porque los mandatarios estatales saben que tendrán una bolsa nada despreciable de unos cuantos miles de millones si se aprueba el proyecto calderonista, por lo que al mirar todo el proceso con signos de peso en los ojos no les quedará de otra que convencer de este beneficio a sus diputados federales.
Pero el que ha logrado hacer del federalismo su insignia es nada más ni nada menos que el oaxaqueño David Colmenares Páramo, quien hasta diciembre pasado se desempeñó como coordinador con Entidades Federativas de Hacienda bajo el mando de Francisco Gil Díaz.
Y no se trata precisamente de una bandera ideológica con la que el otrora funcionario ha decidido navegar, se trata más bien del negocio que ahora decidió seguir.
De esta manera, y con el conocimiento de los estados de la República que logró adquirir en los últimos años estando en la cancha de la administración pública, ahora se cambió de lado y se dedica a asesorar a algunos gobiernos estatales de manera independiente para que logren sacar la tajada más grande posible con la reforma.
Es más, ahora se dedica a criticar en público las carencias de la propuesta federalista del gobierno y de la falta de negociación de Hacienda con los gobernadores antes de enviar el paquete de iniciativas a la Cámara de Diputados.
Incluso, cuentan, Colmenares está detrás de los funcionarios fiscales de estados priístas como Tabasco, Oaxaca y Veracruz, que son los que más se han quejado por las nuevas fórmulas para la repartición de los recursos, ya que no ganarían tanto con ellas.

jueves, 12 de julio de 2007

EL DESFILE DE LOS QUEJOSOS

Todas las fuerzas políticas, sectores productivos y asociaciones civiles coinciden en la necesidad que tiene México de una reforma fiscal, eso sí, nadie quiere verse afectado con ella y, si esto es inminente, al menos piden que el costo sea parejo para todos.
Las voces en pro y en contra de la propuesta del gobierno de Felipe Calderón se han escuchado constantemente desde el miércoles 20 de junio, fecha cuando se presentó el paquete de iniciativas, pero será hasta la próxima semana cuando finalmente se les permitirá entrar oficialmente a la discusión.
Lo anterior porque la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados que preside el priísta Jorge Estefan decidió pasarle el micrófono a diferentes organizaciones empresariales, sociales y de especialistas para que puedan manifestar sus quejas por el impacto de la reforma.
El desfile comenzará el próximo martes y según cuentan en los pasillos de San Lázaro las jornadas serán arduas porque las listas de invitados son largas.
El primer día será el turno de las organizaciones de industriales y para ello se invitó al Consejo Coordinador Empresarial (CCE) que encabeza Armando Paredes; la Coparmex, que preside Ricardo González Sada; la Concanaco, con Luis Antonio Mahbub al mando; la Canacintra, que liderea Miguel Marón, y representantes de la industria tabacalera.
En la segunda jornada programada para el miércoles se daría espacio al Consejo Nacional Agropecuario (CNA) presidido por Jaime Yesaki Cavazos; la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) dirigida por Netzahualcóyotl Salvatierra; y las asociaciones de distribuidores de automotores, de tiendas de autoservicio y de productores de cerveza.
Para el jueves está programada la participación de la Concamin, que preside Ismael Plascencia; de la Asociación de Bancos de México (ABM), que liderea Enrique Castillo y de organizaciones como la Confederación de Trabajadores de México (CTM), que encabeza Joaquín Gamboa Pascoe; y el Congreso del Trabajo y la Unión Nacional de Trabajadores (UNT).
El desfile será largo y por el perfil y trasfondo de cada invitado se puede augurar que no será fácil encontrar el hilo del consenso en los discursos. Finalmente, afirman, de lo que se trata es de un ejercicio de pluralidad, no de construcción de mayorías.

jueves, 5 de julio de 2007

LA PIEDROTA EN EL ZAPATO

Las conversaciones para sacar adelante la reforma fiscal se han intensificado en los últimos días.
El equipo hacendario encabezado por Agustín Carstens ha tenido que invertir bastante tiempo estas semanas en sentarse con diferentes sectores y legisladores para convencerlos de que su propuesta es buena, claro con todo y los ajustes que han admitido que deben hacerse.
Los reflectores se han centrado en la Cámara de Diputados, principalmente en la Comisión de Hacienda que preside el priísta Jorge Estefan, y lo cierto es que en esa cancha jugarán intensamente los actores políticos en las próximas semanas.
Sin embargo, la cancha tiene una mitad que al parecer no ha sido muy tomada en cuenta y que al final del día se puede convertir en la piedra, más bien en la piedrota, en el zapato de Carstens, se trata del Senado de la República.
Y es que cuando finalmente haya humo blanco en San Lázaro, la reforma tendrá que ser enviada a la vieja Casona de Xicoténcatl, la cual preside el priísta Manlio Fabio Beltrones, el mismo al que ahora le apodan el papá de la Ley de la Reforma del Estado.
El asunto es que según cuentan en los pasillos de la Cámara Alta, el otrora líder del sector popular del tricolor ya amenazó con que el documento que le enviarán los diputados no será aprobado con los ojos cerrados, por lo que el proyecto será revisado minuciosamente una vez que la pelota esté de su lado.
Así, incluso, lo han manifestado algunos de los representantes del PRI en la Comisión de Hacienda del Senado que encabeza el panista Gustavo Madero, por lo que el panorama no es tan alentador para el proceso legislativo.
Esta situación no es nueva, solo basta recordar el destino que tuvo el mentado impuesto a los refrescos que propuso el gobierno de Felipe Calderón en diciembre pasado, el cual a pesar de la campaña mediática en su contra fue aprobado por los diputados y rechazado por los senadores.
Así, a Hacienda no le quedará de otra que intensificar su cabildeo en ambos lados de la cancha legislativa si es que quiere que ésta transite con los menos obstáculos posibles.