jueves, 30 de agosto de 2007

LES GUSTA LA GASOLINA

No se trata ni de una canción cantada por el boricua Daddy Yankee ni de una adicción extraña, pero al parecer a los gobernadores el tema de la gasolina sí que les gusta.
Y es que resulta que tras la polémica desatada por la intención de algunos actores políticos de aumentar el precio de los combustibles como una vía para darles más recursos a los gobiernos estatales, la propuesta ha generado más controversia de la que se esperaba.
Lo anterior, cuentan en los pasillos de San Lázaro, se debe a que al parecer todo iba encaminado a que el aumento de 30 centavos en el precio del litro de la gasolina fueran las letras chiquitas de la reforma, esas que nadie lee pero que al final del día son las que más pesan.
El asunto es que las declaraciones del priísta Jorge Estefan, presidente de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, en el sentido de que su partido avalaría un incremento de hasta 4.5% en la gasolina resultaron ser un arma de doble en filo, en primer lugar porque sus compañeros legisladores dijeron desconocer la propuesta y, en segundo, porque los gobernadores tricolores se molestaron porque se puso en peligro el dinero extra que recibirían con esto.
Es más, hasta el tamaulipeco Horacio Garza, encargado de los temas económicos de los diputados priístas, salió esta semana a aclarar que el punto de la gasolina ni había sido aprobado por su bancada y que los dichos del poblano Estefan fueron simplemente un “desliz”.
Pero al parecer los gobernadores de todos los colores y corrientes ya comenzaron a hacer su trabajo de presión, porque ya hasta algunos diputados perredistas, como el michoacano Antonio Soto, salieron a decir que existía la posibilidad de aprobar este cambio y que la salida para ello es un aumento gradual de tres años.
Eso sí, todos admiten que no es seguro el rumbo final que tome este asunto, pero sin duda el desenlace lo sabremos pronto, ya que el reloj legislativo comienza a avanzar más rápido y en San Lázaro narran que nada más se espera que pase el primer informe del presidente Felipe Calderón para entrarle de lleno a la dictaminación de la reforma fiscal.

jueves, 16 de agosto de 2007

LUCHA DE TITANES

No se trata de un cuadrilátero pero en la tribuna tricolor del Congreso de la Unión los jaloneos internos están a la orden del día entre sus líderes y la reforma fiscal es la que se ha encargado de evidenciarlos.
Y es que resulta que aunque son de las mismas filas, las diferencias entre las bancadas del PRI en el Senado y en la Cámara de Diputados comandadas por Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa, respectivamente, han salido a flote.
En los pasillos de la vieja Casona de Xicoténcatl y en los de San Lázaro cuentan que aunque ambos líderes hasta se dan tiempo para sonreír juntos para la foto, la realidad es que entre ellos hay una carrera seria por el protagonismo en el tema fiscal.
Para muestra basta un botón, dicen por ahí.
Esta semana el líder de los diputados del PRI acudió a la inauguración de la plenaria que realizaron sus correligionarios en el Senado y declaró que condicionaban la aprobación del paquete fiscal del gobierno de Felipe Calderón a la inclusión de la reforma electoral en la agenda.
Pero tal como ocurría en el sexenio pasado con el portavoz de Los Pinos, Rubén Aguilar, el vocero de los senadores priístas y el secretario general del partido, Carlos Jiménez y Jesús Murillo, salieron minutos después a explicar que lo que quiso decir Gamboa era que estaban interesados en revisar el tema electoral, pero que no se trataba de un condicionamiento.
A pesar de esto, los reflectores del tema fiscal los logró acaparar astutamente Beltrones, porque abrió las puertas de la reunión que tuvieron con el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, a los medios de comunicación para mostrar la construcción de los acuerdos entre ambas partes.
Sin embargo, del otro lado de la cancha saltó inmediatamente el priísta Jorge Estefan Chidiac, presidente de la Comisión de Hacienda para aclarar que no están de acuerdo con todas las demandas y ajustes que sus correligionarios en el Senado pretenden hacerle a la reforma, por lo que ellos fijarán su postura la próxima semana.
Ahora los priístas no sólo tienen el sartén por el mango, sino que también se pelean por mostrar de quien es la mano que lo agarra.

jueves, 9 de agosto de 2007

ENTRE PROTAGONISMOS Y JALONES DE OREJA

Bien dice un proverbio salomónico que es mejor la reprensión manifiesta que el amor oculto, y el mejor testigo de ello resultó ser esta semana el diputado panista Manuel Minjares.
Y es que hace unos días el legislador capitalino, quien también es el subcoordinador económico de la fracción panista en San Lázaro, circuló un documento con supuestas propuestas de su partido para modificar la reforma fiscal enviada por Felipe Calderón al Congreso de la Unión.
La lista de 14 puntos no fue muy bien recibida y hasta algunos de sus correligionarios dijeron desconocer dichas conclusiones. Es más, según cuentan en los pasillos de la Cámara Baja dicha acción le ameritó un jalón de orejas de su coordinador parlamentario, Héctor Larios, y otro desde Los Pinos.
El problema, relatan, es que protagonismos de este tipo podrían empantanar la negociación de la reforma con los partidos de oposición, principalmente con el PRI, por eso la orden fue que los legisladores panistas en público sólo escucharían las quejas por la reforma y las posiciones particulares las reservarían para los encuentros en privado.
Pero resulta que las cosas no andan muy bien al interior de la fracción del PAN en San Lázaro.
La primera fricción se evidenció hace unas semanas cuando los diputados Daniel Ludlow y Emilio Flores públicamente criticaron aspectos de la reforma de Calderón y dijeron que no votarían la propuesta con los ojos cerrados, lo que les hizo acreedores de una amonestación del mismo Minjares.
La segunda vino con la divulgación del documento de ajustes a la reforma, porque se violó la regla pactada del silencio panista.
Y es que el coordinador Héctor Larios y el subcoordinador Manuel Minjares no son precisamente amigos.
El primero es muy cercano al líder de Acción Nacional, Manuel Espino, con quien su relación se extiende desde la militancia de ambos en Sonora. El segundo, es muy afín con el presidente Felipe Calderón, de quien fue compañero en la Cámara de Diputados en el sexenio pasado, además de ser su jefe de asesores en Banobras y su oficial Mayor en la Secretaría de Energía.
Las diferencias entre ambos bandos panistas son muy conocidas, el problema es que al parecer ya comenzaron a permear en la negociación.

jueves, 2 de agosto de 2007

LOS DUEÑOS DEL SARTÉN… Y DEL MANGO

Un buen susto. Eso fue lo que le dieron esta semana los diputados y senadores del PRI a los panistas, principalmente al chihuahuense Gustavo Madero, presidente de la Comisión de Hacienda del Senado.
Y es que cuando los senadores se alistaban para recibir a los diputados para tener la primera reunión en conferencia para revisar la reforma fiscal y definir el proceso a seguir en las próximas semanas, los priístas les cancelaron la cita y eso dejó a los panistas un poquito temblorosos, porque se interpretó como que los tricolores estaban dilatando el asunto, condicionándolo, incluso, al proceso electoral que se vivirá este fin de semana en Baja California.
Pero fue risa lo que le provocó esta reacción al priísta Jorge Estefan, presidente de la Comisión de Hacienda de la Cámara Baja, porque dijo que esto muestra el miedo que tienen los legisladores del partido del presidente Felipe Calderón a que el PRI les diga que no a su reforma.
Así, el poblano Estefan se pudo jactar de que ellos tienen el sartén por el mango, por lo que mientras el dueño de la reforma o del sartén pida que se apresuren los pasos para su aprobación, son los priístas los que harán los movimientos para que esto termine por cocinarse.
Por eso, el legislador del tricolor hasta tuvo tiempo de pavonearse y afirmó que sí tienen bien agarrado el mango del sartén, pero que prometen que “serán buenos cocineros” y que “no le darán sartenazos al país”.
Y es que cuentan en los pasillos de San Lázaro que como muchos senadores y diputados del PRI volaron ayer a Mérida, Yucatán, para la toma de posesión de su correligionaria, la ahora gobernadora Ivonne Ortega, no tuvieron tiempo para reunirse y ponerse de acuerdo sobre la reforma de Calderón.
Fue por eso que tuvieron que cancelar la reunión en conferencia programada para hoy para dar espacio para que hoy mismo tengan una encerrona y definan la postura unificada de senadores y diputados del tricolor y los cambios que buscarán hacerle a la reforma.
Así, al PAN no le quedará de otra que sentarse y esperar, claro, no estaría demás cruzar los dedos por eso de la suerte y las noticias inesperadas.